domingo, 18 de noviembre de 2018

Aumento salarial debe venir en los próximos 15 días, el vaticinio de José Guerra

Carrusel
Economía 
Por Eduardo Lugo - 
18 noviembre, 2018 





José Guerra

El diputado a la Asamblea Nacional (AN) José Guerra criticó este domingo los elevados precios de los rubros que forman parte de la canasta de alimentos y pronosticó otro aumento salarial en los próximos días.

“Cada vez más arruinados por el socialismo. Luce inevitable aumento salarial. Mas inflación”, escribió José Guerra a través de su cuenta en la red social Twitter.

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Insiste en que una actualización de salarios, que en su opinión debe venir en los próximos 15 días, va a exacerbar el círculo vicioso de la hiperinflación.

El colapso del Estado venezolano va de la mano del colapso del petróleo como actividad económica y fuente de ingresos fiscales. Con una producción de 1 millón de barriles diarios Venezuela casi desaparece como país exportador, sin que cuente con otros bienes exportables”, indicó.

El también representante de la Comisión de Finanzas de la AN sostuvo que se debe propiciar un cambio político y de modelo económico antes que el país “se disuelva”.



En 2018 Nicolás Maduro marca un récord en detenciones de militares por razones políticas militares

Foto: AVN Por Claudia Smolansky @clausmolansky 18 noviembre, 2018

2018 ha sido el año en el que han apresado a más militares en Venezuela. De los 163 funcionarios tras las rejas, 116 fueron encarcelados este año; lo que representa 71 % de las detenciones.

Esta cifra supera con creces el total de militares que Hugo Chávez ordenó encarcelar durante su gestión, que fue un total de 31 efectivos.

Caracas. Un proyecto político de militares que intentó imponerse por las armas en 1992 sin éxito y, seis años después, consiguió el poder mediante una contienda electoral liderada por un teniente coronel, persigue, en el presente, a los soldados de su país.

Nicolás Maduro, aunque no es militar, pero sí sucesor del modelo socialista del siglo XXI planteado por el difunto Hugo Chávez, encabeza la responsabilidad de una cifra histórica en cuanto a militares detenidos por razones políticas en Venezuela.

Instigación a la rebelión, traición a la patria y faltas contra el decoro militar son los presuntos delitos por los que se acusa a la mayoría de los 163 militares que se encuentran detenidos actualmente en Venezuela.

Cifra histórica en el país, que supera a las de mandatarios autoritarios como Marcos Pérez Jiménez y Hugo Chávez y que, además, casi se equipara a la de los civiles presos en el presente por motivos políticos, que son 197, según la Coalición por los Derechos Humanos y la Democracia.

Un descontento oculto y temor a represalias es el sentimiento que está floreciendo e instalándose entre algunos miembros de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB); así lo aseveran familiares de los efectivos tras las rejas.

Las razones son las mismas que afectan al resto de los venezolanos: escasez, hambre e hiperinflación. De hecho, las esposas de muchos militares expresan que ni siquiera con dos ingresos mensuales son capaces de mantener sus hogares ni cubrir necesidades básicas.

“Yo tampoco consigo carne, pollo, huevo”, dice Yocelyn Carrizales, esposa de Inbert Marín Chaparro, número uno de la promoción 1999, quien se encuentra detenido desde el 2 de marzo de este año en la sede del Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) en Boleíta.

En este caso, Carrizales sostiene que hay un ensañamiento contra este efectivo, quien tiene el mejor promedio de la Academia Militar en la historia contemporánea del país.

Fueron nueve los detenidos en esa misma fecha, de los cuales seis son tenientes coroneles, pero él es el único del grupo que se encuentra en dicho calabozo, a pesar de que tiene boleta de traslado hacia Ramo Verde.

Marín Chaparro lideraba el Batallón Ayala en Fuerte Tiuna, Caracas, uno de los más importantes y extensos por su caballería motorizada. Los otros comandaban batallones, tanto en Caracas, como el Bolívar, y en otras partes del interior, como el Juan Antonio Paredes, en San Cristóbal (Táchira), o el Grupo de Caballería Blindada e Hipomóvil, en Calabozo (Guárico).

Al disentir de algo corres un riesgo. Esto no debe ser así. Inbert incluía en todos sus discursos a figuras como Simón Bolívar o héroes de la Segunda Guerra Mundial.

Nunca los politizó y, quizás, eso generó un descontento en los generales. Hay miedo y ahora mucho más, ya que la persecución va creciendo”, agrega Carrizales.




2018 ha sido el año en el que han apresado a más militares en Venezuela. De los 163 funcionarios tras las rejas, 116 fueron encarcelados este año; lo que representa 71 % de las detenciones.

Esta cifra supera con creces el total de militares que Hugo Chávez ordenó encarcelar durante su gestión. En los 14 años de su gobierno, 31 militares estuvieron presos, de acuerdo con los datos de la Fundación para el Debido Proceso (Fundepro).

En solo un año, Maduro casi cuadruplicó este número. La mayoría de los efectivos detenidos pertenecen a los componentes del Ejército y la Guardia Nacional Bolivariana (GNB).

A Chávez no le quedan militares presos; su sucesor, en cambio, cuenta con 184 que se encuentran bajo procesos judiciales. Los detenidos al día de hoy se distribuyen principalmente en las cárceles de Ramo Verde, La Pica, Santa Ana, Fuerte Tiuna, Dgcim-Boleíta y el Helicoide.

“Chávez fue selectivo en sus detenciones, tanto de militares como de civiles. Y no solo selectivo, sus detenciones también eran emblemáticas y transmitían un mensaje específico: instigar el miedo. En el caso de los militares, en su mayoría fueron de alto rango.

Como para decir, ‘si lo meto preso a él, imagínense que quedará para el resto’. Esto no ocurre con Maduro. En el presente se aplica la política de ‘te detengo y luego veo quién eres’“, dice Jackeline Sandoval, directora de Fundepro.

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La violación sistemática del debido proceso y de los Derechos Humanos a los militares detenidos ha sido una constante en ambos gobiernos “bolivarianos”.

El abogado de muchos de ellos y miembro de la Coalición por la Democracia y los DD. HH., Alonso Medina Roa, asevera que actualmente hay una “promiscuidad” en la calificación jurídica a un mismo hecho. Pone como ejemplo a oficiales procesados por conversar temas políticos en reuniones y que fueron acusados por supuestos actos de rebelión o traición a la patria.

“Lo que estamos viviendo es una ofensa a la estructura del derecho penal. De hecho, estamos presenciando un uso abusivo del derecho penal.

Se ha configurado una exageración de su uso para sancionar a aquellos que han manifestado su inconformidad a la intromisión política en los cuarteles”, agrega.




La vigilancia hacia los efectivos también es una fórmula recurrente. Así lo asevera Sandoval, de acuerdo con denuncias que ha recibido por parte de familiares de militares. “En los cuarteles les revisan los celulares constantemente”, señala.

A su juicio, lo que ocurre en el presente es que el descontento se castiga con persecución.

Una persecución que, luego, deriva en incomunicación, tortura, aislamiento y retardo procesal; es decir, los militares no escapan de la realidad de los reos comunes o presos civiles políticos en Venezuela.

Oficiales torturados

En el caso de los tenientes coroneles detenidos el 2 de marzo, las esposas concuerdan en que la tortura empezó desde el primer día de la aprehensión. Permanecieron incomunicados por nueve días mientras se encontraban recluidos en el Dgcim-Boleíta.

Cuando fueron presentados al Tribunal Supremo de Control para la audiencia de presentación todos tenían heridas físicas. La esposa de Marín Chaparro denunció que su pareja tenía dos costillas fisuradas, las muñecas maltratadas y las manos hinchadas.

Esto se debe a que estuvo todos esos días esposados con las manos hacia atrás. Hasta la fecha se mantienen a la espera de juicio.

Por su parte, Ana Raquel de Soto, esposa del teniente coronel Víctor Soto, observó a su marido en este mismo tribunal golpeado por los costados, en las rodillas y en los tobillos.

Le echaban el polvo del gas lacrimógeno por las fosas nasales y en los ojos y, luego, le colocaban un pasamontañas para taparle toda la cara”, agrega.




En el caso del teniente coronel Henry Medina, su esposa, Leonela Difurt, cuenta que las manos esposadas hacia atrás durante los nueve días en el Dgcim provocó una lesión en el manguito rotador del brazo de su marido.

“Trata de que me saquen de la Dgcim como sea”, fue lo primero que le dijo Medina a su pareja.

Las torturas del Dgcim también las observó Ysmenia Cedeño, esposa del guardia nacional y comandante del Destacamento de Seguridad Urbana en Petare, Abraham Suárez, detenido el 21 de mayo de este año, a quien guindaron por dos días —en esa posición tuvo que hacer sus necesidades fisiológicas— le partieron la nariz, le golpearon las costillas hasta fisurarlas y le dieron tablazos en los glúteos al punto de que se formó una celulitis.

Cedeño sostiene que la audiencia preliminar de su esposo ha sido diferida cuatro veces.

Institucionalidad vs desprofesionalización

Las esposas de los militares, desde distintas ciudades del país, coinciden en algunas características presentes en sus hogares: la apolítica, la creencia en la institucionalidad de las Fuerzas Armadas y, finalmente, la disminución de los beneficios laborales de sus parejas que, frente a la hiperinflación, les cercó la adquisición de productos básicos y dio inicio a preocupaciones en temas como la salud.

“El seguro que tenemos ahorita no alcanza ni para el ingreso a una clínica. Y te digo, siempre hemos estado bien con ese seguro, que cubrió completamente el parto de mi hija. Pero las cosas ya no son así. Nuestra visión es que esto tiene que cambiar. Los atropellos contra todos son horribles.

Nos hemos vuelto una familia en desgracia y zozobra. Nadie puede estar contento con esto ni a favor de esto”, comenta Difurt, quien también ha sido víctima de la delincuencia cuando, hace unos años, un grupo de antisociales ingresó a su casa en Caracas e intentó secuestrarlos hasta que llegó la policía.

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Su esposo dejó de salir uniformado. Difurt cuenta que, en los 12 años que tienen de matrimonio, jamás lo había visto sentirse avergonzado de utilizar su uniforme. Ambos se cansaron de los insultos que escuchaban en la calle.

“Mi esposo ha sido apolítico y militar desde que tiene 11 años. Él estudió en el liceo militar. No le gusta la política y eso ha sido así siempre. Él llega al cargo que llega porque no se inmiscuía en temas políticos, ni de un lado ni del otro. Mantenía su figura porque él viene de esa vieja formación”, agrega.

Mientras, en el hogar de los Soto, Ana Raquel explica que ella siempre ha sido opositora al régimen y cuando en distintas oportunidades se lo manifestó a su esposo, él mostraba reservas. “A él le interesaba seguir ejerciendo su cargo como oficial. Entendía el rol institucional.

Podíamos estar en reuniones familiares y él nunca hablaba de ningún partido político. Mi esposo no se va a rebelar, ellos están formados para guardar silencio. Más bien dedicó su vida al trabajo”, comenta.

El doctor en Historia y profesor del posgrado en Ciencias Políticas de la Universidad Simón Bolívar (USB), Hernán Castillo, apuntó que, históricamente, los militares venezolanos siempre han conspirado, desde José Antonio Páez hasta el propio Chávez, y que, en la circunstancia que atraviesa el país actualmente, existen más condiciones para el malestar, descontento y reclamo.

“Por un lado, tienes la situación económica y, por el otro, la desprofesionalización de la carrera. Son dos grandes motivos para la crítica. Los militares no están cumpliendo con sus tareas profesionales. Por ejemplo, tienes fronteras abandonadas y en manos de los paramilitares y el hampa común.

Antes, los ascensos militares eran por los méritos. Ahora, todos los ascensos dependen de la voluntad de la Presidencia. No hay nada más preciado en la carrera militar que los rangos. La Fuerza Armada es como la iglesia o la academia, es una institución jerárquica. Cuando destruyes los méritos no te queda sino anarquía y caos”, señala.

A su juicio, este es el peor momento en la historia de la vida institucional de la FANB debido a las numerosas detenciones, solicitudes de baja y desertores. Está convencido de que cualquier salida violenta sería peor que las condiciones que persisten en el país.

“Cuando la política no atiende los problemas, aparece la fuerza y la violencia.

Solo que en Venezuela no sería la violencia clásica. Esto está mezclado con un Estado fallido y forajido. Es un Estado de hampa común”, sostiene.

No hay registro oficial de cuántos militares componen la FANB en el presente. Pero lo que asevera Castillo, así como un coronel retirado que estuvo preso durante el mandato de Chávez —quien prefirió resguardar su identidad— es que es una institución que se ha “clientalizado”.

“Chávez se encargó de depurar, corromper y quitarle el carácter profesional a la Fuerza Armada. A los gobiernos comunistas no les interesa tener personas pensantes, que compitan contra ellos. No les conviene. Entonces, las destruyen o las controlan. Así pasa en la Fuerza Armada, Pdvsa o empresas privadas poderosas como Polar.

El problema hoy en día es que le preguntas a cualquier soldado de dónde egresó y muchos no te van responder la academia militar”, dice el coronel retirado.

Relaciona la eliminación de méritos y los ascensos a dedo impuestos por Hugo Chávez con una política diseñada para generar incondicionalidad por parte de los soldados.

Una incondicionalidad que cree se ha desvanecido por la situación socioeconómica del país, pero que no se traduce necesariamente en actos conspirativos, sino, simplemente, en descontento. “Con el malestar de los militares pasa lo mismo que con el de los civiles, no hay quien lo canalice. Esto es un problema político y solo se resolverá con un cambio político”, agrega.

¿Cómo liderar una tropa con hambre?

Las esposas de los militares explican que la realidad del país sobrepasa a los comandantes, tenientes coroneles y mayores. “¿Con qué moral lideras una tropa, les intentas dar ánimo y echarlos para adelante cuando tienen el estómago vacío, cuando los escuchas que no consiguen medicinas y que están preocupados por sus hijos y familiares?”, dice Carrizales.

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Las quejas de los soldados llegaron poco a poco a los oídos de los comandantes, pero a ellos solo les queda resolver y trabajar. No hay espacio para críticas ni quejas.

Él se preocupaba y me decía: ‘qué les voy a dar este fin de semana de comer’. Y eso lo tiene que resolver el comandante porque ya no tienen el servicio de alimentación. A veces hacían una especie de vaca”, añade la esposa de Marín Chaparro.

Algo similar le ocurrió a Henry Medina en su batallón en San Cristóbal. “La orden es: tú tienes que resolver”, cuenta su esposa. También agrega que hay mucho miedo a quejarse porque eso podría significar la cárcel.

“Hay una especie de cacería. De hecho, cuando fui a buscar las cosas de mi esposo en el batallón, muchos soldados se me acercaron con miedo mostrándome su solidaridad por lo ocurrido porque al final lo respetan, lo aprecian, pero les da miedo hablar”, dice.

Difurt mantiene el hogar, aparte del ingreso de su esposo, con el salario de su centro estético. Por su parte, Ana Raquel, en Barinas, tiene un consultorio odontológico y también trabaja en una Misión Barrio Adentro. “Es muy fácil calificar a cualquier militar de enchufado. Te puedo decir que el ingreso principal en nuestra casa es el mío.

Pero el de mi trabajo privado, porque lo de Barrio Adentro no me alcanza ni para la guardería de mis hijos, pero son espacios en los que se puede colaborar y ayudar a la comunidad.

A veces teníamos los beneficios de que a mi esposo le daban una harina pan o azúcar, pero, de resto, estoy como cualquier venezolano, no consigo medicinas, champú, jabón y pare de contar”, relata.

 “El curso militar de papá” Los hijos suelen ser la debilidad de cualquier padre y, en el caso de los militares presos, no es la excepción. A la hija de Henry Medina, de seis años, Difurt le dijo en un principio, cuando el teniente coronel estaba recluido en Santa Ana, que era “el curso de papi”.

Actualmente, Medina está en Ramo Verde y mantener la mentira frente su hija cada día es más cuesta arriba.

“En Ramo Verde hay demasiadas rejas. La primera vez que fuimos se quedó como dos minutos en shock, no me dijo nada. En el fondo está clara de lo que pasa. En Santa Ana le dijo a su papá: ‘¿por qué no te disfrazas y nos vamos?’”.

Difurt comenta que la cárcel crea resentimiento. “No pueden pretender que estén conformes cuando les están destruyendo la carrera y la vida. Los militares son personas que trabajan y mucho. Tienen que hacer bastantes sacrificios. Y luego de tanto esfuerzo, ¿la recompensa es esta?”, se pregunta.

Por otro lado, Ysmenia Cedeño tiene que viajar desde Puerto Cabello hasta Caracas todos los fines de semana para visitar a su esposo en Ramo Verde, junto con sus hijos de nueve y cuatro años.

“¿Mi papá robó?”, tiene la duda el mayor. La respuesta de sus padres es la explicación de los conceptos de democracia y dictadura, pero eso no es suficiente para un niño. Constantemente llora y se queja de que su papá no está en casa.

Las esposas ven a sus parejas más delgados, pero fuertes de espíritu. “Muchas veces no me dice cosas para no preocuparme. Ver a sus hijos tan poco tiempo es lo único que lo quiebra. Yo he visto la otra cara de la moneda.

Se trata de unión, de aceptación. De todas las crisis sale algo bueno, algo positivo, sale un cambio. Para llegar a ese punto de conversión tenemos que unirnos, no importa que no seamos iguales, civiles o militares, al final, somos seres humanos y venezolanos.

Estamos todos aquí por una razón. En mi caso, quiero lo mejor para mis hijos y esta situación no es la mejor para nadie y eso es lo que tenemos en común y tenemos que trabajar.

El llamado es a la unión y a la reflexión, y comprender que una madre llora a sus hijos que son soldados. Mi suegra lo llora y él no ha disparado a nadie”, concluye Carrizales.

Américo de Grazia: “El chavismo metió al ELN en Venezuela y ya no tiene autoridad para sacarlo”

Foto: Cheché Diaz 

Por Marcos Valverde @marcosdavidv 
18 noviembre, 2018 

Desde 2006 se ha denunciado la presencia del Ejército de Liberación Nacional en Venezuela. Pero, desde entonces, el grupo guerrillero contaba con un aval: el de Hugo Chávez. Durante 2017, con la llegada a la Gobernación de Bolívar (luego de unas elecciones cuestionadas) de Justo Noguera, muchos denuncian que se instaló en la región y que hoy avanza a sus anchas en los negocios del oro, del coltán y del diamante.

Uno de quienes han hablado más alto es el diputado Américo de Grazia, quien alerta que, en este momento, el grupo no tiene freno: la única posibilidad de sacarlo de Venezuela es con un cambio de modelo. Y eso implica, por supuesto, un cambio de Gobierno.

¿Amenazado? Según lo que ha denunciado, decenas de veces. ¿Temeroso? En más de una ocasión ha dicho que sí. ¿Victimizado?

He allí el detalle: asevera que no. Que sus denuncias tienen la meta de dejar al descubierto eso a lo que se enfrenta no él, sino todo el país: un Gobierno que ha permitido la presencia de grupos guerrilleros en Venezuela.

Uno de ellos, el colombiano Ejército de Liberación Nacional (ELN), ha encontrado una plaza reciente en el estado Bolívar.

Las dudas son muchas. Los temores ciudadanos más. Pero Américo de Grazia, diputado a la Asamblea Nacional, exalcalde de Piar e integrante de La Causa Radical, recuerda que los asesinatos recientes de tres funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana en Puerto Ayacucho a manos de integrantes de ese grupo le otorgan la razón.

Eso último, por cierto, es algo que no celebra, pues confirma, a fin de cuentas, que la región pasó del peligro de los pranatos al de las guerrillas. Así lo cuenta.

-Decir que el ELN opera en Venezuela es aventurero y arriesgado. ¿Cuál es su basamento para afirmarlo?

En principio, los testimonios de los lugareños de Parguaza, San Vicente de Paúl, Anacoco, Turumbán y Bochiche. Estamos registrando la situación desde noviembre de 2017, pero ya el ELN venía operando en Amazonas desde 2006, de acuerdo con el testimonio entregado entonces por el gobernador Liborio Guarulla.

Hay demasiadas evidencias, además del arresto de 11 miembros del ELN en Puerto Ayacucho, incluyendo a su comandante, Luis Felipe Ortega Bernal, conocido como “el Garganta” y reportado a Interpol por el gobierno de Colombia como terrorista.

Hay suficientes elementos en nuestras manos para decir que la operación del ELN es efectiva y tiene propósitos políticos, sociales y crematísticos.

Por supuesto, el Gobierno lo ha negado, pero hay un sismo dentro de las Fuerzas Armadas a raíz de las declaraciones del ministro de la Defensa, Vladimir Padrino, cuando pretende invisibilizar un hecho tan bochornoso, brutal y sangriento como el ocurrido en Puerto Ayacucho y no acusa de manera directa a sus aliados, que fueron los que provocaron esta masacre.

Adicionalmente, las declaraciones del general (y jefe de la Región Estratégica de Defensa Integral, REDI, Guayana) Mantilla, que significaron un piquete muy severo en las Fuerzas Armadas.

-¿Se refiere a las declaraciones en las que Jesús Mantilla asegura que no hay presencia del ELN, algo que, además, dijo al lado de Justo Noguera?

Eso es correcto. Además, está el testimonio de una comisión de diputados, encabezada por Williams Dávila, que visitó en abril la línea limítrofe con el Esequibo y se encontró en dos oportunidades con alcabalas del ELN, (guerrilleros) uniformados y todo, pero, también, con la Guardia Nacional Bolivariana advirtiendo la presencia de ellos sin sentir ninguna preocupación ni aprehensión por estos personajes en la vía.

Quiere decir que la GNB de Anacoco está consciente de la presencia del ELN en Turumbán. Además, hemos reportado el asesinato por parte del ELN de Leivis Alfaro, quien era propietario del fundo Roraima, de San José de Anacoco.

Su hermano denunció que había sido asesinado por el ELN luego de descubrir el fusilamiento de un grupo de antisociales por la guerrilla y que estos habían sido enterrados en una fosa común.

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-¿Por qué la Guardia Nacional Bolivariana actúa con permisividad con el ELN? ¿Miedo, cobro de vacunas u órdenes de arriba?

De acuerdo con mi apreciación, por lo ocurrido en Puerto Ayacucho, y escuchadas las declaraciones de Padrino López y luego de ver a Hugo Chávez llamándolos (a los guerrilleros colombianos) aliados en la ONU y en la Asamblea Nacional, creo que la GNB, al menos en Bolívar, obedece órdenes superiores sin capacidad de rebelarse.

-¿El primer salvoconducto que tuvo el ELN en Venezuela fue Hugo Chávez?

Eso es correcto. En 2006, cuando Guarulla denunció su presencia en Amazonas, ya Chávez estaba consciente. Adicionalmente, la razón para permitir su presencia era ahuyentar a los garimpeiros brasileros en la zona donde explotaban oro y diamante en el alto Orinoco.

Pero, adicionalmente, el ELN está ocupando los territorios que, en alguna oportunidad, ocuparon las denominadas Nuevas tribus. Todo ese territorio está ocupado hoy por el ELN.

-Si revisamos la historia de la presencia del ELN en Venezuela, ¿cuál es la fecha de inicio? ¿2006?

El ELN siempre ha querido tener un sitio de resguardo en nuestro territorio. Toda la vida. Solo que en la era democrática eran repelidos por las Fuerzas Armadas y siempre fueron alertados los gobiernos colombianos de turno de la posible incursión del ELN en la zona. Ahora, una fecha exacta, no.

Pero se tiene conocimiento de la presencia del ELN en Zulia, Apure, Táchira y Amazonas y la novedad es ir Venezuela adentro, algo que no se puede hacer sin el aval del ministro de la Defensa.




“El ELN siempre ha querido tener un sitio de resguardo en nuestro territorio. Toda la vida. Solo que en la era democrática eran repelidos por las FFAA”

Todos los flancos posibles

-Saltemos del cuándo al dónde: ¿por dónde comenzó la incursión del ELN en Venezuela?

Entiendo que por Apure y Táchira. Posteriormente Zulia y, ahora, finalmente, Amazonas y Bolívar. Lo cierto es que ya hay reportes, como el del investigador holandés Bram Ebus, que denuncian ataques del ELN a la policía de Guayana.

-¿Cuál ha sido la ruta en Bolívar?

Comenzaron en Parguaza con la explotación del coltán. Luego pasaron a San Vicente de Paúl, con los diamantes, y ahora van hacia Sifontes, más en concreto en el territorio controlado por “el Topo”, aquel criminal que materializó la masacre de Tumeremo en 2016.




En 2016, De Grazia fue de los primeros en denunciar la masacre de Tumeremo

-Cuando hablamos de la masacre de Tumeremo, hablamos de la gestión de Francisco Rangel Gómez en la Gobernación de Bolívar (entre 2004 y 2017) y también de su reacción inicial ante aquel hecho, que fue la de sentenciar que no hubo ninguna masacre.

¿Qué tanto sabía y qué tanto permitía Rangel Gómez de la presencia guerrillera en Bolívar?

Entiendo, por los testimonios recogidos, que durante la gestión de Rangel Gómez no hubo presencia del ELN en nuestro estado. La presencia del ELN en Bolívar se registra a partir de Justo Noguera.

La misión de él es sustituir los archipiélagos del pranato, dejados por Rangel Gómez, por un solo centro de operaciones del ELN en las minas de Guayana, para utilizarlo como usaba Rangel a los pranes: agentes de recaudación de actividad minera artesanal.

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-¿Cuál es el interés de Justo Nogera?

Noguera recibe órdenes superiores: un peón en el tablero de ajedrez sin ninguna incidencia salvo la de muchacho de mandado para cumplir los designios de sus jefes.

-¿Lo que hizo el chavismo con la Gobernación de Bolívar en octubre de 2017 fue también pensando en este tema?

Yo no tengo la menor duda de que el tema del Arco Minero del Orinoco es el epicentro del robo al pueblo de Guayana de la Gobernación. El despojo que se le hizo a Andrés Velásquez obedece al saqueo que se materializa en todos los renglones.

Es distinto tener a un pelele en frente de la Gobernación que tener una figura con personalidad propia que diga: este es mi espacio y esto no va a ocurrir en Guayana. El robo de la Gobernación de Bolívar no fue perpetrado por Noguera, Noguera fue el instrumento para perpetrar el robo, pero él no tiene autoridad para disponer de nada. Es un cero a la izquierda.

-¿Ese cero a la izquierda obedece y cobra?

-Siempre va a haber un beneficio. Nadie va a hacer el papel, como lo hace Justo Noguera, de gratis. Si se va a manchar las manos de sangre, algo tiene que haber desde el punto de vista crematístico. Con esa generosidad el régimen es mano floja, solo que no tiene mucha torta que repartir ahora.

Película en desarrollo

-¿Por qué el régimen, en vez de utilizar en este entramado a sus propias Fuerzas Armadas, permite la actuación del ELN?

Recordemos varias cosas. Las Fuerzas Armadas tenían ese rol en 2006, y ese rol quedó desmontado cuando ocurrió la masacre en el alto Paragua, donde murieron ocho indígenas. El gobierno de Chávez decidió retirarles ese cáliz y operar, más que de modo directo, interpuesto. Allí inventaron los archipiélagos de los pranatos.

Luego intentaron ponerle orden al pranato y centralizar las operaciones con las OLP, pero se llevaron la sorpresa de que Rangel y (Julio César) Fuentes Manzulli (secretario de seguridad ciudadana de Rangel Gómez) habían armado de tal manera a los pranes que las OLP eran niños de pecho y fueron militarmente derrotados.

Por eso involucionamos hacia la presencia del ELN: para poder contrarrestar a los pranes.

-¿Y el día cuando el ELN no le sirva al régimen de Maduro, qué podría ocurrir?

-Bueno, de hecho yo creo que ya entraron en una suerte de contradicción a raíz de las declaraciones de Mantilla y de Padrino, y del conflicto en Puerto Ayacucho.

Ellos insisten en desconocer la presencia del ELN y eso les implosionó en la cara. En el mismo momento en el que negaban la ausencia del ELN, algo que estábamos denunciando nosotros a viva voz con las las masacres ejecutadas en Bochinche y las minas de El Candado, estalla el conflicto en Puerto Ayacucho y quedaron más que en evidencia porque es una evidencia de sangre.

Entonces Maduro tiene que darles explicaciones a las Fuerzas Armadas, Padrino tiene que darles explicaciones a las Fuerzas Armadas y Mantilla tiene que darles explicaciones a las Fuerzas Armadas. En este momento tienen una papa caliente en sus manos.

Hay un profundo malestar en las Fuerzas Armadas por esta situación. Es una película en pleno desarrollo y los pronósticos, a mi juicio, son reservados.

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Bueno, yo creo que de alguna manera tienen que actuar. Se les está enredando el volador porque los muertos son de ellos, son colegas de ellos, son miembros de su propio comando. Son muertos con dolientes y eso pudiera representar la esperanza de la acción.

-De Venezuela, ¿qué es lo más codiciado por el ELN, además del coltán y del oro?

Mira, el oro es el más comercial de todos. Si alguien encuentra un diamante, no tiene un mercado tan garantizado y popular como el del oro, y el coltán menos, porque es un mineral cuya comercialización es a niveles de la tecnología avanzada. Si tienes una piedra de coltán, no sabes qué hacer con ella, pero si tienes un cochano, cualquiera te lo compra en cualquier esquina.

El negocio del oro, para efectos del ELN, es mucho más atractivo que el negocio de la cocaína e incluso del combustible porque este hace mucho bulto.

Es fuente de financiamiento para 50.000 o 60.000 hombres: se trata de mantener a esos 60.000 hombres en una montaña con armas, con provisiones, con logística, con comida, con alojamiento, con medicinas, etcétera.

-¿Le interesa al ELN permanecer en esas zonas o avanzar a las zonas urbanas?

Los comandantes del ELN dicen que están en perfecta armonía con las zonas urbanas y que se desplazan perfectamente en estas.

Se conoce ya la presencia del ELN en Lara, en Falcón y en la propia capital de la República: de manera concreta, en la parroquia 23 de Enero, en armonía con los colectivos como La Piedrita.

-Si está el ELN, ¿también están las FARC en Bolívar?

Si hay FARC, no sé. No lo descarto, pero no tengo conocimiento de que operen en Bolívar. Sé que operan en Apure, Zulia, Táchira, Barinas, pero no tengo conocimiento de que operen en este estado.

-¿Cuántas vidas ha costado la presencia del ELN en Bolívar?

De lo que tenemos registro noticioso, al menos, de ocho en lo que va de año. Pero recordemos que desinformar es parte de la acción gubernamental, de un protocolo de mentiras.

-¿Qué pueden esperar los habitantes de Bolívar de esta situación?

Sé que la gente espera más allá de la denuncia. Pero quiero que la gente sepa que el mundo no actuará si nosotros no evidenciamos, como en efecto lo estamos haciendo, porque antes de la acción está la información. De modo que creemos que estamos cumpliendo un rol vital para los procedimientos futuros.

El hecho de que el país esté consciente de que el ELN opera en nuestro territorio es positivo dentro del marco de todo lo que acontece, con todos los riesgos que esto implica para algunos de nosotros.

-Estableció una analogía entre este caso y una película. ¿Esta película terminará con este mismo gobierno o para que termine debe haber otro?

Definitivamente, no veo al gobierno de Maduro cambiando de rumbo. Por eso digo que para que las cosas cambien no hay que cambiar solo de Gobierno sino de modelo. No creo que los que metieron al ELN en el país, el chavismo, sean los que tengan autoridad para sacarlo.

Fotos: Principal: Cheché Díaz. Interiores: Cortesía Correo del Caroní



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