jueves, 8 de noviembre de 2018

Convenio Cuba-Venezuela: Subsidio enmascarado bajo la figura de cooperación

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8 julio, 2018
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Cuando está a punto de cumplir su mayoría de edad —18 años— el Convenio Integral de Cooperación Cuba-Venezuela sólo ha significado un peso para la economía venezolana, muy distante de la promovida cooperación entre países que pretenden hacer las administraciones, primero, de Hugo Chávez, y ahora la de Nicolás Maduro. Por Maibort Petit / Venezuela al Día Aunque el gobierno lo ha presentado como un ejemplo de cooperación y ayuda entre los pueblos, el convenio suscrito en el año 2000 entre Hugo Chávez y Fidel Castro es en realidad el mecanismo de subsidio a la economía cubana por parte de Venezuela, así como la fórmula mediante la cual la administración de los Castro inició su proceso de intromisión en los asuntos venezolanos hasta lograr su casi absoluto control. El eje central del citado convenio, lo constituye la entrega diaria de 53 mil barriles de crudo que Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA) se comprometió a suministrar al gobierno antillano y que, desde el 30 de octubre de 2000 cuando se suscribió, pasó a ser un subsidio venezolano sin retorno, a pesar de que en algunas ocasiones se ha querido negar esto al hacer referencia a algunos desembolsos de dinero de parte de la isla o del intento de justificación que constituye la presunta compensación parcial del mismo a través de los servicios brindados por personal de salud, entrenadores deportivos y maestros cubanos enviados a Venezuela para integrarse a las misiones del gobierno chavista. Próximo a cumplir 18 años de vigencia, en la actual crisis económica venezolana que ha experimentado una merma considerable en su producción petrolera, el convenio se ha convertido en un peso insostenible para Venezuela que ha llegado al extremo de importar crudo a otros países para cumplir con el compromiso adquirido con la isla[1], aunque esto signifique pérdidas para la nación. Por otra parte, las inconvenientes condiciones del convenio para Venezuela son un ejemplo más la estrategia parasitaria cubana de supervivencia del régimen castrista y de su economía. Mientras el gobierno venezolano debe suministrar petróleo y el pago del personal que la Cuba envía a Venezuela, la administración cubana se limita al suministro de profesionales y técnicos que, como ya hemos apuntado igualmente es pagado por Venezuela y no gratuito como se pretende hacer creer en razón de que así lo establece el convenio. En realidad, como lo podrá apreciar el lector más adelante, Caracas paga a Cuba por cada uno de estos profesionales enviados desde La Habana. A continuación los términos del convenio y los subsiguientes adenda suscritos entre Venezuela y Cuba: El convenio En fecha 30 de octubre de 2000, la República Bolivariana de Venezuela y la República de Cuba, representadas por Hugo Chávez Frías y Fidel Castro, respectivamente, “animadas por el deseo de fortalecer los tradicionales lazos de amistad entre los dos países” y “conscientes de su interés común por promover y fomentar el progreso de sus respectivas economías y las ventajas reciprocas que resultan de una cooperación que tenga resultados efectivos en el avance económico y social de los respectivos países y en la en la integración de América Latina y el caribe”, suscribieron el Convenio Integral de Cooperación Cuba-Venezuela, mediante el cual las partes se comprometieron a elaborar de común acuerdo, programas y proyectos de cooperación.


En la elaboración de estos proyectos y programas trabajarían organismos y entidades de los sectores públicos y privados de ambos países, así como también —cuando sea necesario— de las universidades, organismos de investigación y de organizaciones no gubernamentales.
Debían elaborarse proyectos nacionales de desarrollo y proyectos regionales integrales que respondieran a las prioridades contenidas en sus respectivos planes de desarrollo.
Establecía el convenio que Cuba prestaría los servicios y suministraría la tecnología y productos que estuvieran a su alcance para apoyar el amplio programa de desarrollo económico y social de Venezuela y de los cuales esta no disponga, previa solicitud de acuerdo a un listado y los cuales debían definirse cada año según acuerdo de las partes, precisando el monto monetario, las especificaciones, regulaciones y modalidades en que serían entregados. Estos bienes y servicios serían pagados por Venezuela en el valor equivalente a precio de mercado mundial, en petróleos y sus derivados.
Entretanto, Venezuela se comprometió a proveer a Cuba bienes y servicios que comprendieran asistencia y asesorías técnicas provenientes de entes públicos y privados, así como el suministro de crudos y derivados de petróleo hasta por un total de 53 mil barriles diarios. Estos volúmenes serían presentados en un programa trimestral por las empresas Cupet y Cubametales a PDVSA en las cantidades y condiciones que se estableciera anualmente entre las partes, tomando como referencia las bases del Acuerdo Energético de Cooperación de Caracas.
Es necesario apuntar que estos 53 mil barriles de petróleo que Venezuela proporciona a Cuba es un volumen muy superior al que reciben los países centroamericanos y caribeños.
Las ventas se realizarían bajo los contratos tipo de PDVSA de acuerdo a cada tipo de crudo y derivados. Los precios serían determinados por el mercado conforme a las fórmulas aplicables.
Las ventas serían sobre las bases de un esquema de financiamiento mixto de corto y largo plazo, utilizándose las escalas aplicables al Acuerdo Energético de Caracas.
A saber:
Precio promedio de realización/venta por barril de crudo en dólares estadounidenses

En pocas palabras, si se pagan USD 15 por barril de petróleo, Cuba podrá financiar el 5 por ciento, mientras que si paga USD 30 por barril de crudo, el financiamiento será del 25 por ciento.
Esta fórmula sería aplicable al resto de combustibles y lubricantes, lo cual significa que en el caso de Cuba solicite recibir los 53 mil barriles en productos elaborados, tendría que refinar el doble de producción para poder satisfacer la demanda de la isla antillana.
Por otra parte, el convenio no advierte que el petróleo a precio preferencial sea para consumo interno con lo cual, en caso de sobreabastecimiento, Cuba podría vender el crudo excedente a precios internacionales.
El convenio establecía que Cuba ofrecía a Venezuela de manera gratuita los servicios de médicos, especialistas y técnicos de salud que desarrollarían su labor en lugares donde no se dispusiera de ese personal. Este personal cubano entrenaría también de forma gratuita al personal venezolano.
Venezuela cubriría los gastos de alojamiento, alimentación y transportación interna.
Cuba garantizaría a los médicos y demás técnicos sus salarios y la atención adecuada a los respectivos familiares de la isla.
La vigencia del convenio era de cinco años contados a la firma del mismo, previéndose la posibilidad de prorrogarlo por un periodo similar a menos que una de las partes lo denunciara. Esta denuncia debía producirse 30 días antes del vencimiento del convenio y sería efectiva 6 meses de dicha notificación. Esta denuncia no debía afectar programas y proyectos en ejecución, a menos que las parteas acordaran lo contrario.

El primer Addendum

El 12 de agosto de 2001, Hugo Chávez por Venezuela y Fidel Castro por Cuba, firmaron un Addendum al Convenio Integral de Cooperación Cuba-Venezuela que establecía que modificaba el convenio del 30 de octubre de 2000 de manera que quedaba estipulado que Cuba prestaría los servicios y suministraría las tecnologías y productos que estuvieran a su alcance para apoyar el programa de desarrollo económico y social de Venezuela, previa solicitud de acuerdo a un listado establecido.
Quedaba, por tanto, suprimida loa figura del trueque y los servicios profesionales suministrados por Cuba pasaban a ser cancelados con cargo a los presupuestos de los organismos del estado venezolano.

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