viernes, 30 de noviembre de 2018

El paquetazo de Maduro se afinca en los salarios de los empleados públicos

KATALEJO


Por José Manuel Rotondaro
Viernes 30 de noviembre de 2018, 21:00h

José Manuel Rotondaro.- Pese al empaque navideño de la alocución de Maduro este jueves por la noche,lo que queda claro es que el Gobierno ha optado por profundizar la contención del gasto salarial como instrumento de ajuste fiscal.

Maduro no tiene otra vía que golpear a los trabajadores / Flickr: Cancillería Venezuela


Maduro no tiene otra vía que golpear a los trabajadores / Flickr: Cancillería Venezuela
Vendido como un regalo de “San Nicolás Maduro”, el incremento del salario mínimo (y las pensiones) en 150% no restituye el poder de compra que el salario mínimo tenía el 22 de agosto.
Con una inflación desde septiembre hasta la fecha estimada entre 3 y 6 mil por ciento, los empleados públicos y los pensionados, aún con los bonos extras anunciados, las seguirán viendo negras si no tienen acceso a las cajas Clap.
Se esperaba un incremento mayor. Por la inflación y por la coyuntura electoral. Y con los gremios y los sindicatos en la calle por la aplanadora salarial decretada en agosto, el aumento de anoche no corrige el problema de los empleados públicos y de los pensionados. Sin embargo, no se dio así.
El otro instrumento para cubrir el déficit, el endeudamiento, parece cada vez más lejano luego de los escarceos con China y Rusia. Los comentarios de Maduro contra el FMI en la cadena tampoco le abrirán las puertas de los mercados financieros.
Es evidente que para Maduro poner en vigencia el olvidado aumento de la gasolina le resulta más peligroso que el camino de la austeridad salarial. Y este parece ser el único camino. Porque, por otra parte, aumentar más los impuestos luce inviable. Habrá algún incremento en los ingresos de aquellos organismos que han indexado sus tarifas al Petro, pero esos ingresos no van a cubrir el déficit fiscal general.
La ausencia de anuncios por parte del Seniat de “recaudaciones record”, parece indicar que entre el cierre de empresas y las pérdidas que muchas deben estar reflejando, es poco lo que puede esperar el Gobierno por allí. De hecho, el efecto principal de los anuncios tributarios de agosto fue adelantar el pago de tributos.
El otro instrumento para cubrir el déficit, el endeudamiento, parece cada vez más lejano luego de los escarceos con China y Rusia. Los comentarios de Maduro contra el FMI en la cadena tampoco le abrirán las puertas de los mercados financieros.
De allí que quede la nómina estatal junto con el pago a los pensionados como la variable de ajuste. El mayor peso recae aquí. La advertencia de Nicolás Maduro a los responsables de los despachos e institutos oficiales fue clara: “Hay que aplicar este aumento como lo estoy anunciando”. Para el buen entendedor esto sonó como una advertencia a no realizar aumentos superiores a lo establecido para el salario mínimo, en línea con las instrucciones que desde octubre ha estado enviando el Palacio deMiraflores a la administración pública.
Se puede conjeturar que el aumento pudo ser mayor si a la vez se decidían de una vez por todas a ajustar el precio de la gasolina. Habiendo dejado de pagar la deuda y no pudiendo contratar nueva, lo único que le queda para tratar de equilibrar las finanzas es lo salarial.
Allí es donde cabe especular si los chinos y los rusos le han pedido al gobierno que logre un superávit fiscal primario, al estilo de la receta del FMI. Por más que Maduro hable mal del FMI.
























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