viernes, 25 de enero de 2019

Las claves de la transición en Venezuela según BARCLAYS

ECONOMÍA


La compañía de servicios financieros con sede en Londres y que opera a nivel mundial, ve como “muy factible” la transición en Venezuela

Las claves de la transición en Venezuela según BARCLAYS

Los eventos recientes en Venezuela han alimentado las expectativas de cambio político, y la oposición ahora enfrenta un desafío en la gestión de esas expectativas. Creemos que los eventos ahora se están desarrollando en una línea de tiempo acelerada.

Vemos diferencias significativas entre este nuevo episodio de inestabilidad y los anteriores. Si bien no hay garantías de una transición, sí esta abierta la posibilidad de un cambio político. Lo más relevante es la convergencia de la presión interna y externa para el cambio de régimen. Además, el espacio de maniobra del gobierno está restringido, particularmente porque tiene menos recursos para comprar lealtad y reprimir el descontento popular. La oposición esta más coordinada y, después de agotar todas las demás opciones, creemos que su estrategia ahora se centra en la presión de calle y en obtener el apoyo de los militares. Las fricciones internas y la lenta respuesta de Maduro sugieren que su control sobre el liderazgo no es tan firme como lo fue antes. Por último, pero no menos importante, la oferta de una amnistía para aquellos que desertan del régimen ha reducido el costo de salida para los miembros del régimen.

La situación en Venezuela sigue siendo muy volátil y muy compleja. La actual movilización de la base de la oposición podría desaparecer tan rápidamente como surgió. En una situación tan frágil, el ganador puede ser el equipo que cometa menos errores, no el que juega más agresivamente. Los líderes de la oposición parecen estar conscientes de eso y, a pesar de las diferencias internas, recientemente han estado actuando con más disciplina en la búsqueda de una estrategia más coherente, que es un cambio no despreciable en la situación actual. En nuestra opinión, el gobierno puede haber subestimado la gravedad de la crisis y su capacidad para gestionarla.

El 23 de enero es un día simbólico que marca el derrocamiento del general Marcos Pérez Jiménez, el último dictador de Venezuela antes del surgimiento de la democracia en 1958 y que la oposición puede aprovechar para alimentar la esperanza de las personas, mantener su movilización y preparar a la población para una lucha cuya duración sigue siendo desconocida. La oposición, y en particular el Presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, ha estado promoviendo el aniversario como una oportunidad para repetir la historia.

Los cabildos abiertos y eventos de la oposición en todo el país han tenido una fuerte participación, pero en un esfuerzo por moderar las expectativas de una rápida resolución de la crisis, los líderes de la oposición han enfatizado que "el 23 de enero no es el final de este proceso, pero podría ser un paso importante en esa dirección". El gobierno puede estar confiando en que los manifestantes se sienten frustrados por la falta de progreso inmediato, de ahí la importancia de gestionar las expectativas.

Los militares siguen siendo el catalizador clave para que se produzca una transición. El apoyo de las fuerzas armadas es probablemente un requisito previo para la oposición en cualquier impulso final para la transición política. Además de la amnistía para los miembros de la fuerza armada que abandonen a Maduro, hemos resaltado el cambio estratégico de la oposición hacia un enfoque más sin confrontación con un mensaje menos polarizador.

Hay riesgos no despreciables de futuras fracturas en la cadena de mando dentro de las fuerzas armadas. En una posible señal de que el gobierno podría dudar de la lealtad de los militares, las Fuerzas Especiales de la Policía Nacional (FAES) están siendo utilizadas para controlar las últimas protestas en lugar de la Guardia Nacional, que históricamente ha estado a cargo del orden público.

La participación de diferentes segmentos de la población sería un desarrollo clave. Un movimiento multi-clase con representación de la mayoría de los sectores de la sociedad sería más probable que gane legitimidad, desde nuestro punto de vista. El levantamiento militar del lunes estuvo acompañado por protestas en las áreas de bajos ingresos del lado oeste de Caracas, incluso en las áreas que rodean el palacio presidencial, lo cual es un acontecimiento notable y sin precedentes, ya que contradicen la narrativa del gobierno. El patrón se repitió el martes por la noche.

Incluso si Maduro se ve forzado a retirarse ahora, una transición podría durar al menos un año, y finalizará con elecciones libres, según la hoja de ruta de la oposición. El país requeriría una reinstitucionalización. Los escenarios alternativos implicarían un mayor aislamiento del país en caso de que Maduro asfixie las protestas o los cálculos erróneos de la oposición fueran a desmovilizar su base. Un tercer escenario de un conflicto armado entre dos autoridades paralelas, en nuestra opinión. Dada la cultura militar venezolana de evitar el conflicto, vemos que un escenario de violencia generalizada está relativamente contenido. Una solución negociada es todavía una posibilidad, pero probablemente tendría que ir precedida por una salida de Maduro, dada su baja credibilidad, pérdida de legitimidad y falta de viabilidad como una alternativa competitiva para el chavismo en un posible escenario posterior a la transición. Esto se ha convertido en un punto de honor para la oposición.

Dada la fragilidad de la situación, prepárese para las sorpresas. Es probable que ambas partes intenten desestabilizar a su adversario. Teniendo en cuenta el riesgo de represión, la oposición está tratando de evitar revelar sus movimientos con aterioridad. Por lo tanto, no se puede descartar la posibilidad de cambios repentinos en la ruta a medida que se desarrollan los eventos. Por el lado del gobierno, todavía mantiene el control de instituciones clave, así como el monopolio de la violencia a través de las fuerzas armadas y los grupos irregulares. Maduro y sus partidarios pueden intentar marginar a los líderes de la oposición, o simplemente arrestarlos. Sin embargo, siendo realistas, creemos que la capacidad del gobierno para reaccionar es muy limitada. Tales reacciones podrían ser contraproducentes. Seguimos opinando que la posibilidad de un cambio político no solo aumenta sino que la línea de tiempo para tal cambio se ha acortado. A pesar del deterioro de los fundamentos, creemos que la economía de Venezuela sigue teniendo potencial para recuperarse, lo que representa una gran oportunidad que podría desencadenarse por un evento político catalítico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Mirarse el ombligo

    Esta semana estuve efectuando labores de activismo en Juncalito, en Tocuyito, junto con los concejales Lina Fernández, Ramón Blasco ...