sábado, 2 de febrero de 2019

Sanciones a PDVSA tienen efectos a corto plazo


02 de febrero de 2019 - 20:02 - Por FRANK LÓPEZ BALLESTEROS

Los expertos prevén que los primeros síntomas de la última medida de la Casa Blanca se verán principalmente en el mercado interno de combustibles, en afectación de electricidad, y, probablemente, en materia de abastecimiento


El lunes pasado

El lunes pasado, el Gobierno de Donald Trump anunció sanciones contra Pdvsa y su filial en Estados Unidos, Citgo, que afectan activos valorados en 7.000 millones de dólares.EFE



Especial
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El peor de los escenarios planteados para Petróleos de Venezuela (PDVSA) es que en las próximas semanas se profundice la caída de la producción y ello le arrastre a un colapso integral luego de las sanciones que esta semana la administración del presidente Donald Trump impuso contra el régimen de Nicolás Maduro, a quien consideran un usurpador de la presidencia, tras unas elecciones fraudulentas.

La caída de la producción y el cierre del mercado para negocios son los pronósticos más comprometedores que los expertos y economistas comparten para PDVSA luego de que la Casa Blanca sancionara este 28 de enero a la compañía con medidas que limitan las transacciones entre empresas estadounidenses que hacen negocios con Venezuela a través de compras de petróleo y ventas de productos refinados.

"La empresa venía en un proceso de deterioro importante perdiendo un promedio de 40 mil barriles al mes, según cifras de 2018. Lo que puede generar esta sanción es que acelere los niveles de contracción de la producción petrolera de PDVSA. Y claro, la economía aún más", dice Asdrúbal Oliveros, director de la firma de análisis Ecoanalítica, con sede en Caracas.

Si en este momento "PDVSA está produciendo en torno a un millón 300 mil barriles diarios se puede llegar a niveles de 700 mil por día, y hay escenarios más rudos de hasta 600 mil barriles. Es una contracción importante, no necesariamente en una semana, sino de aquí a final de año", advierte Oliveros.

Las sanciones del Tesoro apuntan a congelar las ganancias por la venta de petróleo – unos 494,000 barriles por día—a puertos de EEUU, sobre todo por medio de CITGO, la filial de PDVSA en territorio estadounidense.

Otro de los mayores efectos para la estatal venezolana es la prohibición de que las empresas estadounidenses exporten diluyentes (aceites no terminados utilizados para mezclar crudo extra pesado) a Venezuela.

En este caso, la nación suramericana, con las mayores reservas de petróleo del mundo, perdió la capacidad para generar diluyentes y tratar su propio hidrocarburo, por lo que tenía que recurrir al extranjero, a veces haciendo trueque, para saciar la demanda interna en Venezuela y exportar.

El lunes pasado, el Gobierno de Donald Trump anunció sanciones contra Pdvsa y su filial en Estados Unidos, Citgo, que afectan activos valorados en 7.000 millones de dólares.

El lunes pasado, el Gobierno de Donald Trump anunció sanciones contra Pdvsa y su filial en Estados Unidos, Citgo, que afectan activos valorados en 7.000 millones de dólares.

EFE

Efecto rápido

Para Oliveros “el peso de las sanciones, dado el nivel de vulnerabilidad que tiene el gobierno de Maduro, es relativamente rápido… No cabe pensar que va a pasar mucho tiempo y en un lapso relativamente corto puede pasar algo”.

“Pudiéramos estar viendo en un lapso de un mes los primeros síntomas de esto, principalmente en el mercado interno de combustibles, en afectación de electricidad, y, probablemente, otro mes más tarde, problemas importantes en materia de abastecimiento por la caída en el flujo de caja que podría afectar las importaciones”.

A medida que EEUU fue sancionando a Venezuela en el mercado financiero desde 2017, PDVSA, al ser una empresa estatal, se vio acorralada para acceder a créditos. La venta de refinerías y el excesivo endeudamiento --calculado en 100 mil millones--, por el pago de intereses de bonos, proveedores y demandas, ha dejado a la empresa al margen del embargo.

Lo clave del “paquete Trump” es que el Tesoro no bloquea por completo las compras de petróleo venezolano por parte de refinerías estadounidenses, pero dan un golpe a la billetera del régimen de Maduro. Ahora los importadores no podrán realizar pagos directamente a las cuentas de PDVSA que usaba el gobierno, sino a cuentas de depósito en garantía a las que la petrolera no podrá acceder hasta que esté controlada por el nuevo gobierno encargado de Juan Guaidó.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que Venezuela tendrá en 2019 una inflación de 10.000.000% con una reducción del producto interno bruto de 5% y proyectaba que la economía en 2018 caería en 18%. La realidad es que, tras estas nuevas medidas, el panorama puede empeorar.

Estados Unidos es el mayor importador de crudo venezolano, seguido por India China, Singapur, Cuba, Malasia, entre otras naciones. Estos seis países representan 1.15 millones de barriles al día en exportaciones, según datos de Refinitiv Eikon, y de acuerdo a un informe de julio de 2018, las exportaciones de crudo venezolano a EEUU habían disminuído a 494.400 barriles por día (bpd).

Sin embargo, solo "Estados Unidos e India son fuentes notables de efectivo, ya que las firmas rusas y chinas actualmente obtienen envíos de crudo a través de complicados acuerdos de petróleo por préstamo debido a las grandes obligaciones de Venezuela con esos países”, explicaba David Gaffen, editor de temas energéticos de la agencia Reuters.

Lo que "vemos ahora es que PDVSA intenta desesperadamente la búsqueda de mecanismos para evadir sanciones. Será difícil porque nadie quiere incurrir en el riesgo de ser sancionado también como ocurrió con empresas que intentaron burlar las sanciones a Irán", escribió José Toro Hardy, un reputado analista petrolero venezolano y ex miembro del directorio de PDVSA.

El papel de Rusia y China

La crisis venezolana pasó de ser un tema regional de América Latina para convertirse en una discusión geopolítica centrada en el viejo anatema democracia versus dictadura. El tema luce ambiguo, pero debido a los intereses de potencias como Rusia, China y Estados Unidos, el debate ahora no es si el régimen soportará, sino hasta cuándo sin el dinero de PDVSA nutriéndole, y qué son capaces de hacer Moscú y Pekín por Maduro.

“El tema de Rusia y China entra en el terreno de la especulación. Al final son acreedores de Venezuela, sobre todo Pekín. Hasta ahora el apoyo ha sido más simbólico que otra cosa. En los últimos dos años los dos países no han dado aportes significativos en tema de caja al gobierno de Maduro, eso no quiere decir que esto no pueda cambiar”, dice Oliveros.

El tiempo que dure esta crisis de gobernabilidad y legitimidad en Venezuela es vital para saber la magnitud del efecto de las medidas. Si bien Guaidó, con el respaldo del Parlamento y EEUU designó a una junta directiva para CITGO, muchas de estas decisiones serán para mandar un mensaje, más que de efectos.

Oliveros cree que "esto es algo más simbólico que otra cosa. Esa junta directiva (de CITGO) alterna no tendrá una disposición de activos. Ellos pueden marcar la pauta del futuro, adonde puede ir la industria".

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