viernes, 1 de marzo de 2019

Con qué chocará Guaidó cuando regrese a Venezuela

KONFIDENCIALES

Por Juan Carlos Zapata 
Viernes 01 de marzo de 2019, 15:02h 
Por Juan Carlos Zapata.-

Llega Guaidó. Y llega decidido. Ya regresar es una decisión política de envergadura. Que cambiará el rumbo político del país. De esto no hay duda. Pero cuán distinto es el país que Juan Guaidó dejó atrás hace una semana. Qué ha cambiado en días. Con qué escenario se encontrará


Guaidó vuelve y la incógnita es qué hará Maduro. / 
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Juan Guaidó regresa porque no quiere ser un exiliado más. Está consciente de que si se queda afuera, en el exterior, la fuerza del movimiento que ha construido se desinfla. A Nicolás Maduro le interesa.

Sabe Maduro y saben los factores de oposición y lo sabe el pueblo, que en estos momentos no hay otro dirigente con capacidad de convocatoria como Guaidó. Aquí estriba su fuerza. Y la fuerza del pueblo que lo respalda. Guaidó regresa porque no hay otro sitio en el mundo para ejercer la Presidencia. Por la que juró. Pero en qué entorno vuelve. Veamos.

No entró la ayuda humanitaria y, no obstante, la operación sirvió para confirmar que las bases de la Fuerza Armada están desmoralizadas.

Lo veníamos adelantando. En la Guardia Nacional y en el Ejército, las bases no quieren reprimir, y por ello, de haber entrado la ayuda, la estructura militar hubiera crujido. Pues ya se dio el quiebre, como ha dicho la fuente militar que entrevistamos hace poco. Solo falta el evento.

Primero. Nicolás Maduro se exhibe con nuevos bríos. Envalentonado se muestra el chavismo. Considera Maduro, y considera Diosdado Cabello, que han obtenido una gran victoria porque la ayuda humanitaria no ingresó al país.

Y es una victoria, cierto, ya que la operación de la ayuda humanitaria, de haberse concretado, hubiera tumbado al régimen y de la peor manera, sin relato épico. Por ello Maduro le teme.

Entonces ante esta “victoria”, Maduro se siente fortalecido. Primera derrota en el terreno contra Colombia, contra los Estados Unidos, contra el Grupo de Lima, contra la oposición, contra Guaidó. No pasarán, dijeron. Y no pasarán siguen diciendo.

Dicho esto, Maduro y los militares toman aliento, y dicen estar dispuestos para nuevas acciones. Pues hay que decirlo. El grupo del poder cierra filas y con este grupo, el Alto Mando Militar, cuya estructura se mantiene firme al lado de Maduro, frente a todo pronóstico. Maduro ha ganado tiempo, y eso ya es bastante en su esquema.

Segundo. Ellos estaban ahí. Los colectivos armados. Los paramilitares del chavismo. Los que dejó Hugo Chávez y los que formó Maduro.

Se les conocía la crueldad. Se sabía de lo que eran capaces. Juan Guaidó lo ha dicho: Los vio el mundo este fin de semana. Pero el mundo vio lo que por años los venezolanos llevan sufriendo.

La diferencia es que son un ejército. Un ejército paralelo. Y de choque. Y operan en todo el territorio nacional. Y se les conocen sus jefes. Los Freddy Bernal, los Diosdado Cabello, las Iris Varela.

El propio Maduro. El general Hugo Carvajal señala que controlada la Fuerza Armada, los colectivos no cuentan para nada. Sin embargo, es una realidad del terror, es una realidad de muerte, ya ni siquiera de represión o violencia. Son otros límites. Y este es un cuadro que Guaidó debe tomar en cuenta.

Tercero. No entró la ayuda humanitaria y, no obstante, la operación sirvió para confirmar que las bases de la Fuerza Armada están desmoralizadas. Lo veníamos adelantando.

En la Guardia Nacional y en el Ejército, las bases no quieren reprimir, y por ello, de haber entrado la ayuda, la estructura militar hubiera crujido. Pues ya se dio el quiebre, como ha dicho la fuente militar que entrevistamos hace poco.

Solo falta el evento. Y el evento es la ayuda humanitaria, como puede ser otro el detonante. Tal vez el propio ingreso al país de Juan Guaidó.

O la detención de Juan Guaidó, si el régimen, envalentonado, se atreve a detenerlo. Lo cierto es que no son señales lo que envió la Fuerza Armada estos días. Envió síntomas de una crisis que también la impacta. Y de hecho, hay una estrategia que cambia respecto a la Fuerza Armada.

Que los altos mandos dispuestos a acogerse a la amnistía se mantengan dentro de la Fuerza Armada. Que se queden adentro, pues se les va a necesitar para la gran operación final. El mensaje ha sido enviado.

La otra masacre de Aristóbulo Istúriz en Santa Elena de Uairén Aristóbulo istúriz fue a Santa Elena de Uairén a hablar...

Leer más Cuarto. El problema económico se agravó. Se acabaron las empresas “gelatina”. Las empresas que venían adaptándose a la crisis. Las empresas que se moldeaban.

Y se movían de un lado a otro. Para arriba, para abajo. No hay margen para moverse. Ni los grandes grupos ni las pequeñas. No hay producción.

No hay materia prima. Grupos de 2.000 empleados se redujeron a 400. Grupos de miles y miles de empleados, enviaron trabajadores a casa, quedándose con lo necesario, a la espera de que se concreten los acontecimientos. La ruta y los tres pasos de Guaidó.

Las empresas ya no importarán más. Las empresas producirán hasta donde les alcancen los insumos. Y esto va para la industria y el comercio. Esto va con el campo y la agroindustria. Esto va con todo. El cuadro de escasez que se avecina requerirá de una operación todavía mayor de ayuda humanitaria de la que se había previsto.

Quinto. Guaidó encontrará un pueblo que se confirma en la lucha. Que entiende por qué salió del país. Para qué salió. Y qué logró. Lo vieron con Iván Duque.

Lo vieron en el Grupo de Lima. Lo vieron con Mike Pence. Lo vieron en Brasil, con Jair Bolsonaro. Encontrará un pueblo que comprende por qué no entró la ayuda humanitaria, y a quién le atribuye la sangre, los muertos, el terror, la masacre en Santa Elena de Uairén, la masacre de indios pemones.

Encontrará a un pueblo que quiere seguir movilizado pero con él y por él hasta lograr las elecciones libres. Un pueblo que perdió el miedo.

Que resiste y que es mayoría. Guaidó ha dicho que convocará al pueblo a una nueva movilización con motivo de su llegada. Ha dicho que debe ejercer sus competencias en el país.

Y se infiere que es la gente movilizada la que defenderá ese retorno, o en todo caso, habría una respuesta sin precedentes en el entendido de que Maduro se atreva a detenerlo, tal como lo anunció.

Guaidó encontrará ese mismo pueblo activado. Y se supone que organizado, dado que la estructura montada para la ayuda humanitaria, no se ha desmontado. Y encontrará a todos los sectores esperándolo en el país este fin de semana, o el lunes a más tardar, como bien lo ha adelantado.

Señala Guaidó que sigue construyendo capacidades, fortalezas. Claro, hace falta mucho más pueblo y que adquiera la moral de la victoria, ya que ni se movilizó al concierto de la frontera ni tampoco lo hizo el día de la operación de la ayuda humanitaria que era lo previsto para que los acontecimientos dieran un vuelco en la frontera. Sumar más pide Guaidó. Y ello es fundamental.

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Leer más Sexto. Encontrará el debate abierto por la intervención militar. El por qué no se dio el fin de semana con la ayuda humanitaria.

El por qué no se ha dado. Encontrará que el debate cogió calle. Y en las encuestas la intervención militar, esta opción, aparece con pleno respaldo.

Y hay sectores políticos que también la respaldan. Y hasta a Maduro y al grupo que lo sostiene les conviene la intervención militar para construir la narrativa de una salida heroica del poder. Tendrá Guaidó que lidiar con esta situación.

Con la presión de factores en el exilio que presionan por la intervención militar, y también con sectores políticos que en el país coinciden en la misma línea. Guaidó habla de opciones, sin descartarla, sin negarla, y tampoco sin confirmarla de manera directa.

Lo sabrá él. Sabrá hasta qué punto llegar. Ha hablado con Donald Trump. Ha hablado con Pence. Ha hablado con Duque. Ha hablado con Bolsonaro. Mejor que nadie ha tanteado posiciones, opiniones, realidades y capacidades, consecuencias. Sabe en qué posición está el Grupo de Lima.

Sabe qué piensa España. Ha dicho que la intervención militar por parte de los Estados Unidos sería una decisión de los Estados Unidos. Pero admite, eso sí, que de ocurrirle algo, que si Maduro lo mete preso, la respuesta de la comunidad internacional será contundente.

Juan Carlos Zapata 
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