miércoles, 3 de abril de 2019

¿Cómo lograr que EEUU deponga a Maduro?, explica Sosa Azpúrua

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Cómo lograr que EEUU deponga a Maduro?, explica Sosa Azpúrua

"Esta es la única alternativa que queda", dice el escritor y abogado de Harvard, quien explicó con detalle al PanAm Post su propuesta para liberar a Venezuela

ENTREVISTA DESTACADO

Por Orlando Avendaño Actualizado Abr 3, 2019


El abogado venezolano explicó con detalles los pases 
de su propuesta para salir de Nicolás Maduro. 
(Juan Carlos Sosa Azpúrua)

Luego del paroxismo de ese sentimiento que los venezolanos tenían meses sin degustar, la esperanza, nuevamente el país se ve sumido en la frustración agobiante que brinda la inercia.

La ayuda humanitaria, elecciones acordadas, un quiebre militar o el artículo 187. Cada quien, cada factor político, ha trazado ya su ruta y juega por ella. Pero en medio de esa inquietante incertidumbre, cuando parece alejarse lo inminente y dejar de ser, de hecho, inminente, surge una propuesta redonda, amplia, sensata y, al parecer, bastante viable.

Juan Carlos Sosa Azpúrua, escritor y abogado venezolano de amplia trayectoria, presenta lo que ha denominado como «Operación Jaque mate a Maduro».

Una hoja de ruta precisa, detallada, del itinerario para lograr, finalmente, el cambio de régimen en Venezuela. Contempla eludir todo aquellos obstáculos que hoy se presentan y asoma la posibilidad de una intervención militar, sin ser una intervención militar. Él la llama «operativo policial».

Ensayista, columnista y profesor universitario. Graduado en Harvard y en la Universidad Católica Andrés Bello. Un intelectual de primera. Lúcido, polémico y tajante. Insobornable y, a veces, demasiado áspero para los de cuero sensible.

Sosa Azpúrua dice lo que incomoda, pero hoy convence. Hoy busca persuadir para captar la mayor cantidad de voluntades en torno a su idea. Una estrategia que, como dice, es la “única alternativa para salir de Nicolás Maduro”.

El abogado de Harvard conversó con el PanAm Post para explayarse en la estrategia que propone y ofrecer detalles sobre cuáles deben ser los siguientes pasos.

Lo hizo de una manera poco convencional a como suelen ser estas entrevistas, precisamente por la inestabilidad de la conexión en Venezuela; pero eso, paradójicamente, permitió que brindara cada especificación, de manera prolija, sobre la hoja de ruta que derivará en la libertad de Venezuela.

¿En qué consiste la operación Jaque Mate a Maduro?

Jaque mate a Maduro es una estrategia que consiste, esencialmente, en desarrollar un operativo policial. Que sea comandado por el presidente Juan Guaidó, con la idea de apresar a los cabecillas del «Cartel de los soles», que esencialmente son los líderes del régimen que en estos momentos secuestra a Venezuela —empezando por Maduro—.

«El cartel de los soles» es un cartel de droga, constituido por el generalato de eso que llaman las Fuerzas Armadas, cuyo comandante en jefe es Nicolás Maduro. Ese cartel se ha transformado en unos de los carteles más importantes y peligrosos del planeta.

Porque ha permitido que el territorio de Venezuela se asienten los líderes de las FARC y el ELN. Que tengan aquí su paraíso, un refugio asegurado.

 Y, además, a partir de los cultivos de droga de Colombia (que ya van por más de 1.200 toneladas de cocaína al año), el principal puerto de embarque —es decir, desde donde se despacha esa droga para el resto del mundo— es el territorio venezolano.

Eso significa que la mayoría de la droga que entra a Estados Unidos viene de las rutas que se marcan en Venezuela. Lo mismo la droga que entra a México, que a su vez entra en Estados Unidos. Más del 60% de la droga que entra a Europa viene de las rutas que se controlan desde Venezuela.

En definitiva, aquí tenemos un cartel de droga gobernando el país. Por eso se dice que Venezuela es un narcoestado. Ese cartel de drogas, peligrosísimo, permite además, con los fondos que se deriva del tráfico de estupefacientes, financiar el terrorismo internacional. Y por eso en Venezuela hay células de Hamas y Hezbollah, que son financiadas con narcodólares.

Además, gracias a la presencia y el fortalecimiento del «Cartel de los soles» en Venezuela, se ha utilizado la infraestructura, entre comillas, institucional del país (las empresas del Estado, PDVSA), como un mecanismo perfecto para lavar dinero.

Entonces, el lavado de los narcodólares se ha hecho durante años, de manera bastante cómoda, porque se ha utilizado toda la infraestructura que brinda el Estado venezolano y que permite canalizar esos fondos por vías pseudo-legítimas. Eso ha permitido el éxito rotundo del «Cartel de los soles».

Para hacer un poco de historia, es importante entender que Cuba tradicionalmente ha sido un centro de reunión de la mafia internacional. Antes de la caída de Batista, los principales líderes de la mafia estadounidense se reunían en La Habana.

Y con Fidel Castro hay que recordar que, cuando cae el Muro de Berlín y Cuba deja de percibir los fondos que le daba la Unión Soviética, decide crear el Foro de Sao Paulo.

Invita a Manuel Marulanda —fundador de las FARC y, en ese entonces, narcotraficante reconocido, ligado a Pablo Escobar—. La idea del Foro era precisamente controlar a toda Latinoamérica con el ideal cubano, su ideología narcocomunista, y financiarse con mecanismos ilícitos de todo tipo.

Buscaban utilizar a toda la región latinoamericana como plataforma para negocios lícitos e ilícitos.

Entonces, con la llegada de Chávez al poder, Fidel Castro no solo le pone la mano al petróleo de Venezuela sino que transforma a Venezuela en el centro internacional de la droga. Además, logra controlar a casi toda la región y volver a los presidentes prácticamente agentes del Foro de Sao Paulo.

Pero a lo que voy: lo importante es que entendamos que, si Venezuela es un narcoestado, que tiene los carteles más importantes de la droga y financia el terrorismo, ya no se trata de que hay que ayudar a Venezuela porque existe una crisis humanitaria. La crisis humanitaria es la consecuencia de tener un narcoestado. De tener a estos mafiosos controlando los destinos del país.

Y una vez que se entiende esto, se puede entender que la seguridad de Estados Unidos, su interés nacional, está en peligro. Porque el régimen de Maduro y el de Cuba tienen como enemigo a Estados Unidos. También Hezbollah y Hamás, que tienen como enemigo a la sociedad occidental. Y, además, la droga que entra a Estados Unidos perjudica a la juventud estadounidense. Se ha convertido en una verdadera epidemia nacional.

La asistencia no debe darse, entonces, para ayudar a los venezolanos…

Ya no se trata de pedirle un favor a Estados Unidos. Que vengan a ayudarnos porque nos estamos muriendo de hambre, ¿no? Esa no es la idea. Hay que cambiar la premisa.

¿Pero en qué consiste bien su propuesta?

Se trata de desarrollar un operativo policial, cuya responsabilidad recaería en el Gobierno legítimo de Venezuela, pero a través de la celebración de un acuerdo bilateral con los Estados Unidos que permita la activación de la DEA en la jurisdicción venezolana, nuevamente (porque hay que recordar que Chávez expulsó a la DEA en el 2005, hace catorce años). Hay que darle jurisdicción a la DEA en Venezuela y hay que pedirle que haga un acuerdo de sinergia con el Departamento de Defensa de Estados Unidos, para que sea este el que provea toda la tecnología necesaria para el operativo (todos los helicópteros, los aviones y el equipo necesario para los agentes policiales).

Entiendo que la DEA no actúa por solicitud de otros Gobiernos…

La DEA actúa en base a sus propios principios. Actúa de acuerdo a sus propios principios, estatutos y naturaleza. Y resulta que, de acuerdo a sus principios, su naturaleza o sus estatutos, este tema es de su interés. Evidentemente que la DEA es la que decide si participar o no.

Pero una vez que se tenga la voluntad del Gobierno americano comprometido es esto, será difícil que la DEA se niegue. Recibirá, más bien, esta noticia, con los brazos abiertos. Porque podría ser un operativo que marque un hito en la historia de la agencia. Si ellos lo llevan a cabo, y es exitoso, quizá se transforme en el caso más importante y relevante en la historia de la DEA.

¿Hay precedentes de esto que sean similares? ¿Se ha hecho antes?

Sí. Hay precedentes en muchos países, claro que a diferentes escalas y niveles. En Colombia, México, Bolivia. En Afganistán. De este triángulo: de países trabajando en conjunto con la DEA y el Departamento de Estado para llevar a cabo operativos de captura.

Estados Unidos tiene una enmienda, Mansfield, que impide que funcionarios estadounidenses capturen a personas de otros estados. Entonces tienen que ser funcionarios venezolanos los que ejecuten el operativo.

Pero en conjunción con la DEA, utilizando la inteligencia de la DEA. Todas las informaciones, los expedientes y la logística de la DEA sería lo que se utilizaría en este operativo. Apalancado, además, con toda la tecnología del Departamento de Defensa de Estados Unidos. Básicamente ellos proveerían estos equipos, actuando como asistente. Y no sería un apoyo para una operación militar, sino para una operación policial.

Estos agentes venezolanos, comandados por el presidente de Venezuela, en conjunción con la DEA, establecen entonces un operativo quirúrgico para extraer a los líderes del «Cartel de los soles», para ponerlos en buen resguardo, a derecho. Apresarlos, ¿no?

¿Cómo?

Hay una serie de detalles de cómo hacer eso que no se pueden publicar. Pero la estrategia Jaque mate a Maduro toma en cuenta todos los detalles necesarios para salvaguardar las leyes venezolanas y las leyes internacionales, por supuesto.

En Venezuela, por ejemplo, no se puede extraditar. Pero la estrategia contempla una solución perfecta para eso, que sería, incluso, mejor que la extradición. Jaque mate a Maduro ofrece una solución redonda, más afinada, pero esos detalles evidentemente me los tengo que reservar, porque ya son particularidades de la estrategia que no se pueden revelar.

En concreto, la idea es hacer una operación quirúrgica, de unos dos días: extraer a los líderes del «Cartel de los soles» (empezando por Nicolás Maduro).

Eso nos resolvería el problema esencial, grave, sobre el hecho de que Estados Unidos, unilateralmente, no puede intervenir en Venezuela. Simplemente no puede hacerlo. Porque existe demasiada oposición en el mundo entero para que se lleve a cabo una acción de esa naturaleza.

Los estadounidenses no están de acuerdo, consideran que esto es un problema que deberían resolver los venezolanos. No quieren sacrificar a militares estadounidenses para resolver un problema humanitario. Ellos parten de la base de que es un problema más de los venezolanos que de ellos.

Entonces, en Jaque mate a Maduro, ya se traslada el problema. Deja de ser un problema de Venezuela y pasa a ser uno, también, de Estados Unidos. De su interés nacional. Esto es muy importante. Importantísimo.

Existe la posición del ciudadano estadounidense, de la Cámara de Representantes —que está negada a una intervención unilateral—, de toda la prensa liberal…

Del Grupo de Lima. La OEA. Colombia, Brasil… La comunidad europea… ¡El mundo entero está en contra de una intervención de Estados Unidos! Y una coalición tampoco se puede lograr porque ni Colombia ni Brasil están dispuestos a prestar sus ejércitos para una intervención militar.

¿Y ambos países no son necesarios?

No. Lo bonito de la estrategia es que no necesita ni del consentimiento de Bolsonaro ni del consentimiento de Duque. Efectivamente, ninguno de los dos ha tenido la conducta que uno hubiera deseado que tuvieran, dado el Holodomor que estamos sufriendo en Venezuela. Ellos sacaron sus cuenticas políticas y se dieron cuenta de que era muy riesgoso apoyar una coalición. Decidieron, más bien, antagonizar y poner obstáculos para la única solución que tenemos, que es la de fuerza.

Pero esta estrategia no depende de ellos. No necesita ni del consentimiento ni la aprobación. Obviamente se les participaría y, seguramente, apoyarían. Pero no se necesita su apoyo logístico ni financiero ni humano. No necesitan poner tropas ni dinero. No habría problema ni con Bolsonaro ni con Duque ni con el Grupo de Lima, la OEA o la comunidad europea.

Una vez se entienda que esto es un tema más policial, un operativo policial, se comprenderá que no es necesario apelar a esta coalición humanitaria, como llaman. Porque al final esto no se trata de traer ayuda humanitaria a Venezuela. Esta ayuda al final resuelve un problema en el corto plazo. De nada nos sirve estar trayendo ayuda humanitaria si la causa de la tragedia humanitaria sigue gobernando. Entonces, por razones obvias hay que cambiar la premisa. Hay que dejar de hablar del tema humanitario y hablar del tema policial.


(Juan Carlos Sosa Azpúrua)

No se trata de llegar hasta la fuerza para asistir a los venezolanos. El discurso no ha sido suficiente para persuadir al mundo. El apoyo a la causa llega hasta Cúcuta, parece…

Esto también sirve para dejar de asumir el papel de víctimas, que es tan chocante. De pobrecitos, los africanitos, que se están muriendo de hambre. Que no pueden resolver sus propios problemas y necesitan que otro se los resuelva.

Ya ese tema de ser víctimas, con la estrategia Jaque mate a Maduro, se acaba. Porque aquí ya no le pedimos un favor a los Estados Unidos. Le estamos pidiendo a los Estados Unidos que cumpla con una obligación de acuerdo a su propio interés nacional, a los principios de la DEA y los principios internacionales del combate al narcotráfico y al terrorismo internacional.

Cómo rebatir eso.

Exacto. El Jaque mate a Maduro, si se aplica, sería incuestionable. Nadie podría criticar una acción policial para remover un cartel de drogas que está financiando, además, el terrorismo internacional. Una invasión militar, en cambio, siempre genera todo tipo de especulaciones, de fantasías y además se abren cajas de Pandora, recordando experiencias pasadas que la gente no percibe bien. Eso genera mucho rechazo, ansiedad y angustia.

En cambio, un operativo policial cambia por completo el juego. Además, no hay que estar pidiéndole permiso a las Naciones Unidas ni hablando que si sobre la Convención de Ginebra o alguno de estos acuerdos internacionales —que hay que estar consultando un millón de veces y con no sé cuántas organizaciones internacionales—.

Aquí estamos hablando, esencialmente, de un acuerdo bilateral que lleve a cabo el presidente de Venezuela con el de Estados Unidos para llevarlo a buen término. Una operación quirúrgica con la tecnología que lo permite.

¿Qué papel jugaría la Fuerza Armada?

Lo interesante aquí es que la Fuerza Armada de Venezuela está totalmente destruida desde el punto de vista bélico. No tienen helicópteros que funcionen.

Tampoco aviones, submarinos o fragatas que funcionen. Los fusiles son de pésima calidad y pocos funcionan. Se han dedicado, estos veinte años, a hacer fortunas, corromperse, y no a entrenarse militarmente o tener tecnología de punta. Las condiciones de la Fuerza Armada, en Venezuela, dan ganas de llorar.

Rusia, China… Inquieta la posibilidad de que ambas potencias, porque son las únicas que en un eventual conflicto podrían amparar a Maduro, obstaculicen la ejecución de esta propuesta… ¿Qué harían?

Ninguna va a detener esta acción policial. Porque, además, parte de la estrategia de Jaque mate a Maduro consiste en una negociación con Rusia y China.

Eso está contemplado. No es solo celebrar este acuerdo bilateral con Estados Unidos sino, en paralelo, hacer negociaciones con Rusia y China para convertirlos en nuestros aliados. Acá entran detalles que no se pueden revelar públicamente: cómo negociar con Rusia y China para lograr que sean nuestros aliados y no estén del lado de Maduro.

Yo estoy absolutamente convencido de que su presencia aquí es solo una manera de enseñar los dientes, para tener una posición de fuerza a la hora de sentarse a negociar. Eso no significa que estén, incondicionalmente, apoyando a Maduro. También estoy convencido de que se puede lograr muy fácilmente una alianza con ellos.

Donald Trump tiene muchas cartas bajo la manga que le permiten una negociación muy fluida con Putin y con China. Y, al final del día, ni China ni Rusia se pondrán en contra de Trump.

Van a participar, transformarse en nuestros aliados, porque será lo que más les convenga. Desde el punto de vista costo-beneficio, tanto para Rusia como para China es mucho más beneficioso apoyar al Gobierno legítimo y a la Venezuela que viene, que estar respaldando a un régimen nefasto, totalmente rechazado por la sociedad Occidental y quebrado en el mundo económico lícito. Solamente puede sobrevivir a través de las negociaciones ilícitas y el mercado negro.

En ese sentido, también es importante la estrategia. Se deben lograr esas alianzas.

Tampoco pienso que el apoyo de Rusia a Maduro sea incondicional. Necesitan a Maduro, pero no hasta el punto de enfrentarse a la mayor potencia del mundo (sobre todo tomando en cuenta lo muy lejos que está Rusia de ser una potencia de ese nivel). Su último envío de tropas fue bastante reducido como para sugerir un amparo militar tajante.

Totalmente.

Para que haya un proceso de transición, será necesario pacificar el país. Luego de una eventual intervención —o de esta operación policial—, habrá grupos subversivos, peligrosos, que amenazarían con un conflicto asimétrico… ¿Qué se haría?

Está la segunda fase: una vez que se logra remover a los cabecillas del «Cartel de los soles» —que básicamente son los líderes del régimen de Maduro—, hay que establecer un mecanismo que permita controlar a la insurgencia.

Todo lo que sería controlar a los colectivos, a los paramilitares, a la guerrilla… Al mismo Hamás, a la insurgencia, a Hezbollah. Ellos van a permanecer en nuestro territorio hasta que logremos erradicar su presencia en estos territorios. (La entrevista continúa).





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