11-04-2019 Política, Titulares
La idea de una marcha multitudinaria que se dirija al Palacio de Miraflorespara exigir a Nicolás Maduro su salida del poder sigue siendo una carta que Juan Guaidó, presidente interino de Venezuela, ha decidido jugarse por ahora sin fecha anunciada.
Lo que Guaidó ha denominado “Protesta Estratégicamente Organizada”, el simulacro del 6 de abril y las protestas descentralizadas de este miércoles, tienen un sentido práctico clave en el que caso de que un día de estos, alguna manifestación intente dirigirse al centro de Caracas.
Danny Leguízamo/EC
La oposición debe aprender de sus errores. En 2017, encerrar a decenas de miles en la autopista Francisco Fajardo para marchar al centro de Caracas no dio el mejor resultado, pues la Guardia Nacional Bolivariana, atravesando unidades artilladas a la altura de El Rosal, resolvía el problema prestando atención a un solo foco.
Luego se intentó descentralizar la protesta en varios puntos de la capital, pero aquello tampoco fue un mecanismo eficiente, pues en aquel entonces, no había suficiente organización.
Las manifestaciones quedaron reducidas, en consecuencia, al este de Caracas, como ya había sido costumbre en años anteriores.
Con el uso excesivo de bombas lacrimógenas y perdigones, la estrategia de la calle fue agotada al punto que el día 30 de julio, fueron pocos los que realmente se atrevieron a salir en Caracas.
De hecho, los activistas que llegaron hasta la estación del Metro de Chacaíto, fueron repelidos con gases lacrimógenas dentro de los vagones del subterráneo. Al final no hubo marcha opositora y Maduro se salió con la suya llevando adelante el proceso “electoral”de la espuria Asamblea Nacional Constituyente.
Juan Guaidó, quien resultó herido en aquellas protestas, sabe lo que ocurrió. Sabe que la calle en ese momento se agotó porque fueron demasiadas caminatas en cuatro meses con un objetivo pero sin estrategia efectiva.
De allí que ahora hable de “Protesta Estratégicamente Organizada”. Y de allí las actividades del sábado 6 de abril y de este miércoles. Ambas, particularmente la del miércoles, revelan el foco. El propio Guaidó lo dijo en Caricuao y Bello Monte: que la ciudadanía se organice en bloques en sus propios sectores para futuras caminatas.
Y no es lo mismo reprimir una concentración en la autopista Francisco Fajardo que reprimir muchas caminatas en muchos lugares de Caracas y del interior del país.
¿Alguien se imagina una marcha de centenares de miles o tal vez un millón de venezolanos, estratégicamente organizados y descentralizados, rumbo al Palacio de Miraflores?
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