domingo, 14 de abril de 2019

Jorge Plaza Márquez, el testaferro de la revolución

Fuente: El Cooperante


De Izquierda a derecha: Jorge Plaza, Presidente; Elio 
Hernández y Negil Gonzalez domingo, febrero 19, 2017

¿Cómo puede cambiar el pensamiento de un hombre hacia sus enemigos, aquellos que además le expropiaron su empresa? Fácil. Dinero y más dinero. Sin trabas, sin riesgo a ser investigado y patrocinado por algún alto funcionario del gobierno venezolano.

Ese fue el gran negocio que hicieron pequeños, medianos y hasta grandes empresarios venezolanos que ante amenazas o conveniencias prefirieron ceder y empañarse junto al gobierno con más casos de corrupción en la historia de Venezuela. Jorge Plaza Márquez, es uno de ellos.

La primera vez que se escuchó públicamente sobre él fue en el año 2010, cuando el 55% de las acciones de Invetubos le pertenecían y la mayoría de sus empleados le denunciaban por atropellos.

Estos mismos trabajadores ventilaron ante la opinión pública y la Asamblea Nacional de aquel entonces, que la empresa de aproximadamente 300 trabajadores, además de abusar de sus empleados, “se burlaba sistemáticamente de todos los compromisos adquiridos con el gobierno”.

Y es que uno de los principales clientes del fabricante de tuberías petroleras, ubicada en el estado Carabobo era la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa). Sin embargo, ello no le valió contemplación ante el Estado, que en el mismo año autorizó su intervención, a lo que Plaza se rehusó contundentemente.

Pese a la intervención dictada por el Ministerio de Ciencia y Tecnología y la presencia de la Guardia Nacional Bolivariana mientras la empresa era dirigida por Pdvsa, el polémico Plaza, quien anteriormente ya había enviado a su “cuerpo de seguridad” a disparar sobre los trabajadores, apareció sorpresivamente a retomar el control de Invetubos.

Ante este acto que los trabajadores calificaron como un “golpe de Estado”, el vicepresidente de ese momento, Elías Jaua firmó la petición de expropiación y el envío al Ministerio de Ciencia y Tecnología, mientras se realizaba la inspección correspondiente. Plaza cerró la empresa de inmediato y los trabajadores permanecieron en asamblea permanente.

Pero no llegó hasta allí. El otro 45% de la empresa comprado por el Estado en el año 2006, era controlado por una presunta Cooperativa que favorecía curiosa y oportunamente al accionista mayoritario, quien simplemente no se apartó de negociaciones con el gobierno en los años venideros.

Otra empresa “rojita”

En el año 2016, Servimeca Sand Control presidida por Jorge Plaza junto a Angélica Quiroz y Gustavo Salomón y domiciliada en El Tigre, fue inscrita en el Registro Nacional de Contratistas (RNC), la mayor dependencia administrativa de los llamados “guisos rojos”.

Empresa que desee ofrecer sus servicios a la administración pública debe estar registrada en este sistema, al que resulta complicado acceder, excepto cuando se cuenta con contactos de alto rango.

Claro que Servimeca, desempeñaba funciones para el ahora gobierno de Nicolás Maduro, meses antes de este registro, pues en enero de 2016 el vicepresidente de la República, Aristóbulo Istúriz y el ministro de Minería y Petróleo, Eulogio Del Pino inauguraban en El Tigre la empresa Mixta Ranurados de Tuberías Orinoco, la que cuenta con un capital mixto, que está conformado en un 20% de Pdvsa y un 80% de la empresa Servimeca.

Del Pino aclaró que se trataba de una nueva manera de relacionar al sector privado nacional y al gobierno en una alianza entre la pequeña y mediana industria promovida por Fedeindustria y Pdvsa.

Y fue así, como el mismo Jorge Plaza Márquez que se había visto envuelto en un escándalo laboral que le había costado la expropiación de su empresa por parte del gobierno, se involucraba nuevamente y de forma voluntaria con su propio verdugo.

¿Significaba esto una muestra de arrepentimiento? Posiblemente. Aunque todo apunta a que en realidad Jorge Plaza había escogido a los funcionarios incorrectos en su búsqueda por incrementar su capital empresarial.

El general Zambrano Mata, el “padrino de Plaza”

En un estado militar como fue el de Hugo Chávez y como sigue intentando ser el de Nicolás Maduro, quienes mandan son los más poderosos castrenses. Al menos es así, en este terreno donde los guisos son color rojo o en su defecto, verde militar.

Cuando el general Jesús Zambrano Mata llegó a la presidencia de Ferrominera Orinoco en el año 2013, la primera instrucción que dio fue contratar como asesores al señor Jorge Plaza y Gerardo Ramírez.

Tras su destitución en abril 2016, se iniciaron una serie de investigaciones por la pérdida de más de 100 millones de dólares durante su gestión, en la que por supuesto se ve involucrado Jorge Plaza Márquez.

Las denuncias de corrupción en la empresa básica serán investigadas por una Comisión de Minas de la Asamblea Nacional, que ha indicado que irán hasta las últimas consecuencias. Mientras tanto, Plaza no ha dado la cara ante las acusaciones de monopolio gubernamental y se mantiene cubierto por un padrino superior a quien evidentemente suplanta jurídicamente

posted by frentelibertario





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