Last updated Jul 30, 2019
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El martes pasado, la Asamblea Nacional de Venezuela, controlada por la oposición y desaparecida, votó a favor de reincorporar al país al Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), que estipula un principio de defensa común para los países de las Américas en caso de un ataque externo.
La medida fue rápidamente criticada por la dictadura de Nicolás Maduro, quien la calificó de “degradante” y “decadente”, además de ser “el primer paso para llamar a una invasión latinoamericana en Venezuela”.
El presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, ya ha declarado en el pasado que apoya los llamados a la acción militar extranjera en Venezuela para lograr sus objetivos de cambio de régimen, incluyendo un reciente llamado al Comando Sur de los Estados Unidos.
La Corte Suprema del país latinoamericano también dictaminó el viernes sobre la decisión de la Asamblea Nacional, declarando que es ilegal e inconstitucional.
La decisión del tribunal se basó en el artículo 236 de la Constitución, con el Juez Juan Mendoza, jefe de la Sala Constitucional de la Corte Suprema, explicando que “El intento de reincorporar a Venezuela en el TIAR es nulo y por lo tanto carece de validez y efecto jurídico”.
El Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) fue firmado en Río de Janeiro en 1947 después de la Segunda Guerra Mundial.
Se fundó como un sistema de asistencia militar mutua entre los miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA), en el que se establecía que en caso de que un país de la región fuera atacado por una nación extranjera, se consideraría un ataque a todos los estados de las Américas.
El tratado no fue invocado cuando Argentina enfrentó a Reino Unido en la guerra de las Malvinas en 1982, con Estados Unidos apoyando descaradamente a los británicos.
En 2012, Venezuela, junto con los gobiernos de Bolivia, Ecuador y Nicaragua, se retiró del TIAR durante la 42ª Asamblea de la OEA en Cochabamba.
La decisión siguió a las críticas de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) en la reunión. Las naciones del ALBA abogaron por la reforma del sistema interamericano de derechos humanos y de la propia OEA, a la que acusaron de ser un instrumento del poder estadounidense.
La Asamblea de Cochabamba se caracterizó por diferencias agudas entre los miembros del ALBA por un lado y los Estados Unidos y Canadá por el otro.
Este martes, la Asamblea Nacional, encabezada por Juan Guaidó, aprobó el regreso de Venezuela al TIAR, en busca de una escaramuza legal para autorizar una presencia militar extranjera en territorio nacional.
Sin embargo, la naturaleza jurídica de cualquier tratado internacional se basa en el consentimiento de las partes, la voluntad expresada por los Estados y, como sabemos y reafirmamos en nuestra Constitución, el Estado está representado por el Presidente de la República.
La Constitución de Venezuela dice: “Artículo 187. Corresponde a la Asamblea Nacional: Aprobar por ley tratados o convenios internacionales realizados por el Ejecutivo Nacional…”.
Alguien que se proclamó presidente no es, ni puede ser, el gobernante de los venezolanos.
Asimismo, la Asamblea Nacional ha sido declarada en desacato al tribunal durante varios años.
Esto significa que las figuras que no tienen ningún estatus legal ni apoyo del pueblo no tienen autoridad para comprometer a Venezuela, y mucho menos para invitarla a una invasión extranjera. Sólo el dictador Nicola Maduro puede firmar estos tratados internacionales, y en este caso debe ser aprobado por el todopoderoso órgano estatal la Asamblea Nacional Constituyente.
A pesar de las ideas de usar la fuerza a través de agentes extranjeros, no considero plausible que Donald Trump, a pesar de sus locas estrategias, se atreva a invadir Venezuela.
Ante tal acción, sus esperanzas de reelección se verían dañadas a los ojos de los votantes estadounidenses, quienes verían una aventura militar contra Venezuela de manera muy grave, dado que el país no está causando ningún daño a los Estados Unidos y no es una amenaza para el pueblo de los Estados Unidos. Los que más sufren de estas guerras impulsivas son los hijos de los americanos pobres.
Superior-Prueba
Del mismo modo, aparte de Estados Unidos, ningún otro país del continente se atrevería a entrar en territorio venezolano sin el respaldo directo de Trump y sus tropas, ya que se ha demostrado que son meros cobardes que se esconden detrás del imperialismo norteamericano.
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