viernes, 22 de noviembre de 2019

La reencarnación de la Generación del 28

POLÍTICA

  • Los estudiantes venezolanos siempre se han mostrado muy activos en el escenario político, pero... ¿han conseguido concretar sus objetivos?

La reencarnación de la Generación del 28

Los estudiantes venezolanos, desde siempre, se han caracterizado por ejercer su rol político con constancia, compromiso y pasión; y de eso se trata, de saber cuándo es necesario hacerle frente a las cosas que no están bien; o, por el contrario, saber reconocer y aplaudir lo que se está haciendo de la forma correcta.

Ejercer la ciudadanía va más allá de ser simples habitantes de un territorio. Es sentir pertenencia suficiente como para defender lo que, por derecho, nos compete. Lo básico. Lo que no se debe ni pedir: Servicios básicos, empleos con buenas remuneraciones, medicinas, alimentos, libertad de expresión, entre otros.

Es así como, a lo largo de la historia de Venezuela, los estudiantes se han encargado de ser la voz de una población que -algunas veces- se regocija en la esperanza y en la ilusión de un mejor país, pero que tarda en accionar.

Por tal motivo -y por muchos más- los jóvenes venezolanos se han encargado de liderar, en diferentes escenarios, una lucha en contra de las inadecuadas políticas de mandatarios que han pasado por la Presidencia de Venezuela, y que han utilizado el poder a su favor para hacer, y deshacer, a su conveniencia.

Con diferentes medidas, actitudes, estrategias y mecanismos para hacerse notar ante el Gobierno, los estudiantes de Venezuela se han mantenido insistentes en sus exigencias y peleas.

Generación del 28: La importancia de la despersonalización de la política El famoso conglomerado de estudiantes universitarios de Venezuela que lideró el Carnaval Caraqueño de 1928, un movimiento de carácter académico y estudiantil que resultó en un enfrentamiento con el gobierno de Juan Vicente Gómez.

Lo que comenzó como un proyecto limitado al ámbito de la Universidad Central de Venezuela (UCV) se convirtió en una propuesta dedicada a la transformación del sistema político venezolano, a comienzos del siglo XX.

Los jóvenes exigían un cambio en las políticas empleadas por Gómez y aspiraban la aplicación de nuevos modelos que no se adherían al pensamiento, ni a las prácticas, del Presidente de turno, cuyo período era de caudillismo intenso.

Lo hicieron a su forma y manera. Lo bélico no era lo de ellos. Su intención no era violenta. Al contrario, a través de los pensamientos académicos, artísticos y culturales querían hacerle entender a Gómez sus exigencias. Y esta fue una de las bases primordiales que caracterizó al movimiento.



La Generación del 28 fue el primer movimiento exitoso de masas en la historia de la política venezolana, pero ¿por qué?

Si hay algo importante que destacar de este grupo fue su desvinculación a los líderes políticos. La despersonalización del poder y el desapego a la individualidad fueron piezas claves para concretar su objetivo. Incluso, aunque de allí surgieron nuevas agrupaciones y líderes políticos, no había un cabecilla claro.

No obstante, los organizadores de la lucha fueron Jacinto Fombona Pachano, Raúl Leoni, Elías Benarroch, Isaac Pardo, Miguel Otero Silva, Juan José Palacios, José Tomás Jiménez Arráiz y Rafael Enrique Chirinos.

Tal fue la unión de la población, entendiendo esta lucha como una acción promovida por los jóvenes, que el gobierno de Gómez se desconcertó al notar lo arraigados que se mantenían a la causa. Arremeter contra un estudiante significaba arremeter contra todos, por lo que llegaron a entregarse, voluntariamente, muchos de ellos, como símbolo de solidaridad con sus compañeros.

¿Tenemos esa unión en la actualidad?

El caso es que la maniobra de enfoque de la Generación del 28 fue tan fuerte que los cuerpos represivos decidieron, después de 12 días detenidos, liberar a los estudiantes apresados, en vista de la ola de protestas que se originó en todo el territorio nacional. El disgusto en la población no se podía ocultar, pues era un hecho que jamás había ocurrido en la historia política del país suramericano.

Este hecho fue sumamente significativo y representativo, ya que la sociedad venezolana siempre había mostrado una actitud de sumisión frente a la dictadura de Gómez. Esto quedó atrás para plantarle la lucha a la tiranía.




La “Generación de Ahora” y la falta de apoyo

Si hay algo que es cierto es que un Gobierno no puede derrocarse por acciones de un grupo pequeño de personas. La sociedad, en cualquiera de sus presentaciones, condiciones y culturas, debe ser capaz de unir esfuerzos para consolidar los objetivos. Sobre todo si se trata de encarar a una dictadura.

La reencarnación de la Generación del 28, quizás, apareció en 2007, cuando el expresidente Hugo Chávez perdió por primera vez unas elecciones, incentivando las manifestaciones en contra de RCTV; sumó esfuerzos en 2014, retando al oficialismo, defendiendo la libertad de expresión y exigiendo la libertad de los estudiantes detenidos; se consolidó en 2017, con la defensa y respaldo a los resultados de las elecciones parlamentarias de 2015 -donde la oposición ganó con mayoría-; y sigue dando de qué hablar este año, en apoyo al presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, y a su ruta planteada el pasado 23 de enero. Pero, ¿está recibiendo el apoyo suficiente, en este momento?

La respuesta la sabemos todos. Aunque la mayoría de los venezolanos anhelan un cambio de Gobierno, no hay, hasta el momento, una unión en la oposición que pueda representar un verdadero reto para el gabinete de Nicolás Maduro.

Si nos reflejamos en la Generación del 28, la disonancia principal con aquel escenario político fue la despersonalización del poder y la desvinculación con el individualismo.

En la crisis política actual que atraviesa Venezuela es imperativo sumar esfuerzos y, sobre todo, comprometerse -desinteresada y genuinamente- con la causa por la que muchos aseguran pelear: La libertad de Venezuela. ¿Se logrará?

La verdad es que las respuestas nadie las tiene, pero Guaidó insiste en la calle, la negociación política y la medicación como vehículos de salida a la situación que vive el país petrolero; pero, ha reiterado que “requiere de la colaboración de todos los venezolanos”.

La verdadera pregunta es: ¿Estamos lo suficientemente unidos como para consolidar el objetivo?




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